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Truncadas Clases para un Mañana Mejor - Parte 2

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[Cáceres, una noche cualquiera, un mes antes de los eventos del orfanato]

 

- Gracias por estar ahí, Ekaterina. Significa mucho para mi. ¿Quieres quedarte a dormir?- la última pregunta la hizo con la voz de un niño pequeño que ni siquiera está seguro de lo que está pidiendo.

 

Al escuchar la pregunta, una sonrisa tierna adornó la cara de Kat, enternecida. 

- Claro que si, si quieres me quedo estos días contigo. Aunque no me acaba de gustar este lugar, ¿Querrías venir a mi casa mañana?

- ¿Y qué hago con mis cucarachas? ¿Me puedo llevar alguna?

 

Por mucho que lo intentó, la rusa no puedo evitar una cara de asco. 

- Si las ratas son bienvenidas, las cucarachas también pueden, aunque en mi cama no, por favor.

- Gracias. Hice un pacto con Cucaracha, mi patrón, y prometí cuidar de su estirpe. Aquí les dejo comida, y son más limpias de lo que crees. Comen fruta y verdura, y al tenerlas alimentadas, no van a la basura. Gracias por acogerme en tu casa. Cojo unas cosas y estaré listo...si es que soy capaz de acertar.

- Confía en tus otros sentidos. Tienes oídos de depredador, un olfato extremadamente preciso… el tacto será tu mayor aliado estos días, confía en el. Estoy a tu lado, no te harás más daño. Si yo pude con siete años, tú puedes ahora. Confío en ti.

 

Pese a esas palabras, ella no le soltaba la mano, solo que ahora le dejaría guiar a él.

- Sé que las cucarachas tienen muchos estigmas y no quiero fomentarlos, pero no me siento cómoda del todo con tanta tejedora cerca de mí aún. -se reía nerviosa, intentando calmarse.

- Cucaracha no es Tejedora. Es Kaos. Y Tejedora... es inflexible, pero es justa. Y sobre todo, es clara y formal.

- ¿Ah, no es de tejedora? La verdad es que pensaba que si…-la Parentela iba justo detrás de él, sin dejar que en ningún momento pierda el contacto con ella, sabiendo la seguridad que eso ofrece. 

 

A pasos cortos, palpando las paredes con su mano libre, DD se orientó trastabillando hasta su habitación y su armario. Sacó ropa en un batiburrillo, la embutió a presión en una mochila y se la cuelgó.

- Solo me falta coger el PC y el móvil, y estoy. Menos mal que siempre tengo un neceser en la mochila de supervivencia…

- Sin duda eres alguien previsor, aunque si te pediré que el ordenador de momento lo dejes. Los móviles no tengo problema, pero una araña tan grande como un ordenador me es incómodo… y vamos a ser sinceros, tampoco podrías utilizarlo ahora mismo no? Mejor esperar.

- Eeeh, ni había pensado que ahora mismo no podía usarlo. ¿Cómo lo ves con tu visión umbral?¿Como una araña?

- Apenas tiene un reflejo como tal, es como… un núcleo para las telas de araña, pero no tiene una resonancia en si mismo. ¿No es muy importante no?

 

DD, más calmado, dejó rienda suelta a su curiosidad natural.

- Nada. Solamente una herramienta cojonuda y cara. Tu visión del mundo tiene que dar pánico. ¿Qué ves al mirar mi casa?¿Lo mismo que yo al pasar la celosía?

- Supongo que si, por lo que me dijo Senda Oscura veo a través de la “primera” capa de la celosía. La umbra más cercana al mundo de la carne, el reflejo. Cuando os movéis por ese plano puedo veros, y vosotros a mi también, por lo visto, aunque aún no sé bien qué significa que umbra me vea. - Kat se tomó unos segundos para mirar a su alrededor.- Es como una jaula. Una jaula de cristales y hebras que se entremezclan creando patrones extraños e imposibles. Parece una guarida, o una prisión depende de cómo lo mires… y si… da mucho pánico, y no creo que nunca me pueda acostumbrar del todo a ella pero no me la quitaría por nada en el mundo.

- Quizás… Quizás entre Lora y yo pudiéramos llegar a devolverte los ojos. Estoy trabajando en unos conectores neurales nuevos, que deberían responder a la misma velocidad que el nervio real, o un poco más. Aparte de que permitirían intercambiar los devices conectados para dar versatilidad a los implantes. Solo son un proyecto, pero yo creo que puedo sacar algo bueno de ahí.

 

A manotazos sobre el escritorio, DD consiguió al fin cazar su teléfono y se lo guardó.

- Ya estoy listo para irnos. Gracias, una vez más.- Dió un apretón afectuoso a esa mano que actúa como balsa para un náufrago.

 

Kat sonrió con tristeza cuando él le comentó su idea.

- Creo que sería una buena idea si eso no me afecta en mi don… Sería maravilloso poder ver vuestros rostros humanos y no sólo vuestras fauces…- Respondió al apretón de manos con otro, suave y rápido pero atento.- Vamos, disfruta de la tranquilidad que ahora te da tu mente, nadie puede distraerte si tú no lo deseas. Ahora podrás fijarte en lo que otros obvian: el característico sonido de pasos de cada persona, el respirar de la gente para saber sus emociones, el tono de la voz para saber si sonríen o lloran. Tu propio sonido… tu propio olor.- Mientras hablaba, discretamente iba caminando lentamente para la puerta de la calle.- Abre tú la puerta y escucha la noche de lo que rodea tu hogar.

 

Con suspiro, DD empujó la puerta. A pesar de vivir en una zona tranquila, el estruendo de la noche le asaltaba. No esperaba sentir con esa intensidad todo.

- ¿Y si te digo que no huelo bien? Me gustaría olerte porque, como dice Rammstein, tienes el olor de una madre. Pero me es imposible, porque me quemé las fosas nasales hace unos días.

 

El Garou parecía asustado. No estaba claro si por la posible respuesta de Ekaterina, o por adentrarse en el terrible mundo sin ver.

- ¿Pido un taxi o algo? Porque no puedo conducir así.

- Nada de taxis, esas latas metálicas huelen mal, tienen un tacto pegajoso y suelen venir voces muy desagradables en ellas. Iremos caminando. Y sí, se que está lejos, pero también se que puedes llegar hasta ahí. -Con la mano en un hombro de DD, comenzó a caminar a su lado.- Vamos a tu ritmo, no hay prisa para llegar. Y en referencia a tu olfato… tengo ungüentos en casa que ayudan a curar quemaduras, quizá te ayuden.

 

DD, en silencio caminaba de la mano de su madre amiga. El miedo le seguía atenazando las entrañas, pero la presencia firme a su lado de Ekaterina era un faro más que suficiente para tratar de luchar contra él.

 

Y así, la noche contempló como una ciega que ve hace de lazarillo de un ciego de mente, y como juntos se perdieron en su manto.

 

[El Orfanato, Cáceres, tras el rito de manada]

 

Conforme la última manada juraba lealtad a su Totem, los ojos de DD iban retornando. Primero los nervios rotos, después comenzaron a desarrollarse como globos que se inflaban, rellenándose de líquido. En el mismo instante en que notó que podía ver la luz, se arrancó la venda con ansias, buscando el mundo con los ojos como un naufrago busca tierra firme. Y en lo primero que posó los ojos fue en Ekaterina. 

 

La mujer giró la vista hacia DD, sintiendo su mirada. Desde el otro lado, el Crinos le miraba y le sonreía. Kat sonrió al joven Garou, orgullosa de ver que se había mantenido firme y había aguantado hasta el final. 

 

Cuando el Morador paseó la vista por quienes rodeaban a su amiga, arrugó el hocico. No le parecían los mejores. Una lupus irritable, un pura sangre sin mucho cerebro, y el ser más odioso que conocía. Eso no podía acabar bien… Intentó no traslucirlo en sus ojos, porque debía demasiado a la rusa como para hacerle daño de esa manera.

 

[El Orfanato, Cáceres, tras el inmisericorde asesinato de los niños]

 

Las lágrimas anegaban los ojos del Theurge. Tantas vidas arrancadas de cuajo, sin darles la opción de salvación, hacían que su corazón se retorciese en su pecho. Brotaron de sus ojos como una fuente, mientras contemplaba esa salvajada. Trató de evitar maldecir a los grajos y a los espíritus, porque lo último que necesitaban ahora era cabrearlos. Pero en su fuero interno algo se había roto, y la Rabia comenzaba a bullir bajo su piel.

 

Gritó poniendo en ese grito toda su alma. Las cuerdas vocales estuvieron cerca de desgarrarse de la potencia que le imprimió. Se escondió en su capucha, ahogó su voz rota debajo de la máscara, y siguió a su manada en el duro rito funerario, tapando los cadáveres de lo niños con todo el mimo del que no disfrutaron en vida. A cada gesto, elevaba un ruego al Lanú para que conservara sus almas, para que les diese la paz que ya nunca podrían conseguir.

 

Al acabar, consternado, salió con los suyos de la habitación.

 

Cuando las miradas de Phil y Ekaterina se cruzaron, saltaron chispas. Ekaterina miraba con pena al Crinos, que aullaba de dolor desde el otro lado. Y cuando los ojos de DD la localizaron, volcaron sobre ella toda la ira que sentía ahora mismo. Todo el agradecimiento, transformado en desprecio. Toda la ayuda olvidada, por un pecado que difícilmente pudiera llegar nunca a perdonar.

 

Para ella fue como si el mismo vacío la mirara. Multitud de emociones pasaron debajo de la piel de la muchacha, cual oscura marea se lleva el reflejo de la luna en el océano, arrancándole cualquier ápice de alegría, de sabiduría, de gloria y de felicidad por haber salvado al clan. ¿A qué precio se paga una victoria? 

 

La única respuesta que pudo dar ante la ira de su amigo fue agachar la mirada, sin poder soportar el juicio mas duro de todos: el de aquellos a quien aprecias y cuidas. Las lagrimas caían por sus mejillas ya sin apenas fuerzas para brotar de sus ojos. No hay perdón que pudiera pedir, ya que no hay compensación que pudiese dar por mucho que se quisiera. Era una asesina. Era una mentirosa. Era egoísta. Poco quedaba ya de la inocencia que pudiera tener hace apenas unos días. Quizás fuera cierto que no eligió las mejores compañías para Ekaterina desde que llegó al Salugral, pero sí lo eran para la Nana de Espinas, que parecía esconderse debajo de la mascara de sonrisas y amabilidad que intentaba transmitir antes de que tuviera que tomar una decisión real...

 

Pero al final, todo es por el futuro de Gaia y el Pueblo, ¿no...?” - pensó ella. Y con la voz de DD, otra frase fue susurrada en su cabeza. - “Si perdemos a todos, de nada nos sirve haber ganado la batalla.

  

 

Realizado por: JJ y Ariadna 

Lora "Raccord-de-la-Tejedora" Dempsey

Curiosa y fiel sierva de Tejedora. El efecto 2000 se avecina... Los números son la clave.

Sitio Web: rabiaenladehesa.revcc.es/ Email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.